
El blog corporativo, el canal ideal para posicionar tu empresa en los buscadores | Adikos (CC by 2.0, Flickr)
Cualquier proyecto web, independientemente de su tamaño y sector, requiere un trabajo constante para aumentar sus ventas y consolidar su presencia en internet. Atrás en el tiempo quedan aquellas páginas web caducas que servían, exclusivamente, como mero panfleto informativo de qué hacía la empresa, cuál era su historia, qué productos y/o servicios ofrecía, dónde se localizaba su sede o cuáles eran sus valores empresariales, entre otras páginas de información más o menos relevantes para el visitante.
Con la llegada de la web 2.0, donde el usuario tiene voz y voto y surge la interacción empresa-usuario, ya sea a través de sus propios canales o de terceros (léase redes sociales), resulta evidente que las empresas y los profesionales deben optimizar su presencia en la red y adoptar una figura activa de diálogo y comunicación. Y ahí, justo en ese punto, emerge la figura del blog corporativo, una herramienta que, para algunos, ha muerto o ha pasado de moda. ¡Meeeeeec! Error. Un blog corporativo es una herramienta indispensable en el plan de marketing online. Obligatoria. Sin discusión. El blog corporativo es un muerto muy vivo. De hecho, nosotros, en Amplifica, no concebimos hacer campañas de marketing sin tener un blog en la empresa. Eso sí, como explicaré a continuación, el blog hay que cuidarlo, aportando contenidos de calidad, interesantes, y, por supuesto, no abandonarlo, ya que todos aquellos beneficios que podría aportarnos como marca podrían derrumbarse por una mala gestión o, simplemente, por dejadez.
Así pues, tengamos un pequeño negocio local, una start-up que recién arranca, una tienda online o un megaproyecto internacional, el blog corporativo debe estar ahí. Sin excepción, a priori. ¿Por qué? Por los siguientes motivos. ¡Agárrate, que vienen curvas!
Te muestra como experto
Sí, sí. Hablar de tu negocio, de lo que haces, de los productos que vendes o de los servicios que prestas te muestra ante tu público objetivo, ante tu mercado, como un experto en la materia. Alguien que sabe qué vende y por qué lo hace. Personalmente, me gusta comparar esta especialización con esas tiendas pequeñas de barrio –cada vez más difíciles de encontrar por culpa de la que está cayendo– que llevan toda la vida vendiendo y especializándose en la venta de un determinado producto y que, por ende, lo conocen de pe a pa, lo recomiendan y saben decirte por qué es mejor, o no, y además pueden asesorarte como es debido. En definitiva, ofrecen una atención personalizada como expertos en la materia que, por contrapartida, las grandes superficies –generalmente– no tienen o no saben ofrecer. ¿Te suena esta ejemplo? ¿Lo has vivido? Pues sí, amigo, creo firmemente en que el blog te convierte, a ojos de tus clientes potenciales, en un experto. Y eso hay que aprovecharlo.
¡Otro ejemplo! Si vendes naranjas por internet y hablas de cómo las recoges, de cómo las empaquetas y de cómo las envías, en definitiva cuentas cómo es el proceso de preparación y logística, generas confianza a ese usuario que está dudando si comprarte o no. Creas un valor añadido y te muestras, al mismo tiempo, como alguien transparente y cercano, lo que ayuda a que ese cliente indeciso se decida a comprarte a ti en lugar de a tu competencia. Además, si creas una línea de contenidos interesantes en el blog, por ejemplo hablando de qué propiedades y beneficios saludables aportan las naranjas, qué recetas puedes hacer con ellas como ingrediente estrella o cómo está y qué ocurre en tu sector, te muestras como un líder de opinión de tu temática, pues aportas contenidos frescos y relacionados con tu producto y tu mercado.
Genera confianza
El saber que hay alguien ahí detrás, detrás de cada palabra, detrás de la pantalla, detrás del teclado, genera confianza al usuario. No solo por el hecho de que quien escribe sabe de qué va el tema, sino porque muestra que hay alguien humano, de carne y hueso, que está ahí y que «controla». Alguien a quien preguntar si tiene alguna duda antes, durante o después del proceso de compra. Y eso da garantía, confianza. Mucha. El blog corporativo humaniza a la empresa.
A día de hoy, como consumidor, ¿confiarías en, por ejemplo, una tienda online que no tiene ningún tipo de presencia en las redes sociales? Apuesto a que no, ¿verdad? Pues con el blog ocurre algo similar. Es una ayuda –indirecta– para vender. Eso sí, como decía al comienzo de este artículo, si abandonas el blog o no lo cuidas como es debido (dejas de publicar o publicas cosas que no interesan a nadie, ya sea por su nivel de calidad o temática), esa confianza se puede volver en desconfianza. ¿Comprarías un producto en un ecommerce que hace un año publicó su último post en el blog? Yo, sinceramente, me lo pensaría.
Por tanto, no se trata de publicar por publicar; se trata de contar cosas interesantes, que encandilen a tu target, de manera profesional, sin, por supuesto, cometer faltas ortográficas y/o gramaticales, y que tengan sentido. Crea tu propio manual de estilo para tener una coherencia a la hora de escribir y dirigirte al lector y ofrece el tono adecuado de acuerdo a tu mercado. Habla el lenguaje de tus clientes. Establece una estrategia a la hora de fijar objetivos, crear contenidos nuevos, planificar horarios de publicación y demás. No improvises. Seamos serios. Y por si no eres consciente, publicar buenos contenidos requiere de mucho tiempo y planificación. Muchas horas de trabajo previas para desarrollar y organizar ideas y otras tantas para finalmente desarrollarlas con palabras y, por supuesto, contenido visual (fotos, vídeos, audios…).
Crea marca
Tener un blog y publicar buenos contenidos en él crea una imagen de marca: tu marca queda relacionada a tus contenidos. Logras una reputación de calidad. Logras que el cliente no solo te vea como una empresa que intenta venderte sus productos y/o servicios, sino como una fuente de información de contenido útil y de calidad. Doble beneficio.
¿De qué escribir? Pues de lo que haces, de cómo lo haces. Aporta consejos de cómo utilizar tus productos, de qué beneficios da usar tus servicios, de qué se «cuece» en tu sector, de qué tendencias se avecinan. Resuelve dudas, ejemplifica modos de uso. Cuenta tus historias de éxito, tus apariciones en prensa y, por supuesto, tus noticias corporativas. Ponte en el lugar del consumidor y piensa qué te gustaría conocer de esa empresa y qué podría enseñarte con su experiencia. Crea contenidos pensando en los usuarios; recuerda que los buscadores no compran.
¿Conoces Eroski Consumer? Sí, esos súper que hay, casi casi, en cada esquina. ¿Que qué hacen en internet? Pues hablan un poco de todo, y lo hacen realmente bien: hablan de alimentación, salud, mascotas, economía, tecnología, educación… y un largo etcétera de temas de actualidad que interesan al ciudadano de a pie. ¿Que por qué lo hacen? Por branding, por imagen de marca. Ofrecen buenos contenidos –muy buenos, de hecho– para que la gente recuerde que existen, que su empresa está ahí, a la vuelta de la esquina y a dos clics del buscador, y que así acudan a ellos y les sigan recordando como marca y como fuente de información fiable y contrastada. ¿Les compensa crear todo ese contenido en cuanto a costes se refiere? Sí, posiblemente. Su estrategia de marketing de contenidos es un ejemplo de hacer las cosas bien. ¡Toma nota! Y no, no nos pagan por escribir estas líneas y tampoco los conocemos. Ojalá.
Otro ejemplo. Si te dedicas a vender productos tecnológicos muy específicos, como podrían ser reproductores de audio y auriculares de alta calidad para profesionales, el blog corporativo podría ser el canal ideal para analizar cada uno de esos dispositivos, fotografiarlos y grabarlos en vídeo por medio de un unboxing. Todo ello aportaría una ventaja competitiva respecto a tu competencia y, de paso, ayudaría a que el cliente conozca de una manera personalizada el producto que ofreces y así se anime a adquirirlo.
Mejora tu posicionamiento SEO
El SEO, al menos aquel SEO en el que no se vende humo ni se prometen cosas imposibles a cambio de un billete de esos de color verde y tres cifras, es aquel SEO que basa su estrategia, sobre todo, en contenidos, con permiso, claro está, de la accesibilidad, la rastreabilidad, la indexabilidad y el rendimiento, los pilares de cualquier sitio web bien hecho, además de la autoridad o popularidad. Una página web sin contenidos no es nada. No sirve. Punto. En internet nos pasamos todo el rato consumiendo contenidos: textos, imágenes, vídeos, audios… Y si tenemos una web en la que no contamos qué hacemos, qué ofrecemos, qué vendemos… ¿de qué sirve? De nada.
Como seguro habrás escuchado o leído alguna vez, «el contenido es el rey». Y tener un blog te ayuda, precisamente, a crear contenidos. Contenidos frescos y originales, con las palabras clave de tu negocio. Contenidos que enriquecen tu posicionamiento, siempre y cuando, repito, sean buenos contenidos. Y eso, a ojos de un buscador (léase Google) te muestra también como un experto en la materia. Doble beneficio.
Ejemplo: si tenemos una tienda online de alimentos ecológicos y en el blog hablamos de cómo preparar una receta determinada, a lo largo del artículo podemos enlazar a cada uno de los productos que se pueden adquirir en nuestra tienda y que vamos a necesitar en su elaboración. En definitiva, se trata de crear buenos contenidos, relacionarlos entre sí (enlazarlos) y, además, incrementar el interés de compra. De esta manera, un usuario cuya única intención era obtener información sobre cómo preparar una receta de cocina determinada acaba aterrizando en nuestro blog, descubre que existimos, le gusta nuestro contenido (e incluso lo comparte en sus redes sociales con amigos y familiares), compra nuestros productos y termina siendo un fiel seguidor de nuestra marca. Interesante, ¿verdad?
Por otra parte, el blog corporativo puede ser el método ideal para posicionar nuestra página web en aquellas búsquedas más específicas (léase long tail), con la intención de atraer tráfico más segmentado y definido pero cuya posibilidad de convertir su visita en venta es más que probable.
Por último, y no por ello menos importante, debemos tener en cuenta que cada artículo creado en el blog genera una nueva URL, una nueva página indexada en los buscadores y, por consiguiente, una nueva oportunidad de recibir tráfico y aumentar el peso, la visibilidad y el posicionamiento de nuestro dominio. Todo suma, todo ayuda.
Te ayuda a conocer y a conectar con tus clientes
De acuerdo, son pocos los usuarios que todavía comentan en los blogs. Nada nuevo. Pero todavía hay quien comenta y fomenta el debate. El blog es, por esencia, una herramienta bidireccional, por lo que podemos utilizarlo como una herramienta de debate y comunicación para conocer mejor a nuestros clientes actuales y/o potenciales y descubrir qué les gusta o qué piensan acerca de nuestros productos y/o servicios. De esta forma obtendremos un feedback muy valioso con el que aprender, corregir estrategias y seguir mejorando constantemente.
El blog corporativo es, además, una manera de agradar y fidelizar a tus seguidores en las redes sociales, una forma más de atraer tráfico cualificado, que ya te conoce, y de recordarle lo que haces y cómo lo haces. Lo que a su vez puede amplificarse y llegar a otros usuarios que aún no te conocen. Si creas buenos contenidos en tu blog y los compartes en las redes sociales, lograrás viralidad: tus artículos se compartirán y alcanzarás a otros posibles interesados en tus productos y/o servicios, que acabarán conociéndote, –quizá– comprándote y –tal vez– volviéndose embajadores de tu marca.
Asimismo, el blog corporativo sirve como herramienta de atención al cliente: preguntas sobre la disponibilidad de un producto, valoraciones, quejas… tienen cabida y respuesta a modo de comentario. Y es importante responderlos.
En definitiva, el blog es, sin lugar a dudas, un instrumento muy útil para conseguir visitas, traducirlas en ventas y fidelizarlas, además de para potenciar la visibilidad y posicionamiento de nuestro sitio web y de nuestra empresa.